"QUE ME PUEDE ENSEÑAR ESTE...!

"Que me puede enseñar este, si yo soy el experto"

El apóstol Pedro en su llamado por Jesús junto al mar de Genesaret  escuchó el consejo del Señor, porque no habían pescado nada, le mando que pescaran en otro lado, Pedro pudo haber dicho como un pescador con experiencia viendo a un desconocido, pero ¿quién es este que ni conozco, sabrá más que yo? y portarse arrogante diciendo: ni siquiera es de aquí, mucho menos  creo que sea pescador!                       Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.                                                                                                                                                                                                                                                                                                Lucas 5:3-6

Pedro practicó la humildad ante un desconocido al cual poco tiempo después reconocería como su camino, al haber contemplado el milagro de la pesca y al cual seguiría por toda su vida hasta su muerte. Esto me trae a la memoria una experiencia no tan difícil de recordar, llegando en la tarde a un culto vespertino de un lunes en el año de 1992, siendo el apoyo y primer brazo del director del grupo, me había quedado a cargo de la dirección de mis hermanos que tocaban también la guitarra. Empezamos con un canto, luego otro hasta que después de una pausa cuando el pastor hablaba, me vino a la mente pero "que bien toco este instrumento" de estos varios guitarristas que no recuerdo cuantos eran pero eran varios, lo más triste es que pensaba en mi corazón  "yo soy el mejor", " nadie toca como yo", “sin mí no podrían tocar las alabanzas”.

De repente el pastor pidió a la congregación que cantaran cierto coro, el cual al momento no recordé como, ni en que tono se tocaba. Alguien por ahí me decía va en tono de "sol". Pero me quede estático sin saber qué hacer ¡mi sabiduría se había envanecido! no recordaba ni como se tocaba la guitarra, en eso en mi mente el Señor me decía porque "sin mi nada podéis hacer" avergonzado no delante del pastor ni de la congregación que eran más de 500 personas, deje mi instrumento y me postre en el altar, reconociendo mi soberbia y pidiéndole perdón a Dios por tal actitud. Alguien podría decir fue pánico escénico pero quiero decirles que no fue así, El Señor me daba una gran lección. Me estaba humillando haciéndome entender que toda sabiduría y don perfecto proviene de él, jamás en la vida me he sentido tan avergonzado como aquella tarde cuando reconocí que sin Dios nada podemos hacer, solo pude escuchar mientras oraba derramando mis lágrimas, que el pastor decía ¡ah que jóvenes tan olvidadizos de nuestros cantos! y mientras yo en secreto con Dios, me enseñaba lo que era la humildad, desde aquel día mi actitud cambio y solo hasta hoy puedo pensar así:

Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.                                                                                                                                                                                                                                                                                          Jeremías                               Jeremías 9:23-24

Hermano congregante, hermano músico mi consejo es ser humilde, no sea que lo olvidemos y un día lleguemos delante del Señor y nos pregunte porque lo olvidamos si sabíamos que todo es para su gloria y nos humille personalmente y donde quedara nuestra gloria. Por eso habla y canta con este propósito en tu corazón y como dice el salmista:

No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad.

                                                                                Salmos 115:1

Y como Pedro confiar en el Maestro y aprender por nuestro lado del que  yo crea que no sabe nada pero que algo puedo aprender, y con  humildad seré más sabio.  Dios les bendiga, la paz de Dios .

                                                                                                                                                 VGGI 2015


Practica  la humildad...  ¿A quién pertenece la  gloria?