EN LA OBEDIENCIA ESTA LA BENDICIÓN...
Cuantas veces hemos catalogado a un dirigente, líder, pastor, maestro, etcétera como el menos indicado para estar en la silla de la dirección, por algún comentario, acción, o decisión que nos parezca incorrecta.
Quizás su testimonio no ha sido el correcto a tu propia opinión, sin embargo fue puesto por Dios y como tal debemos respetar.
Un gran ejemplo lo tenemos de la conducta de David el pequeño pastor ante el rey Saúl.
Aprendamos la actitud a la manera de David
"Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva."
(1 Samuel 24:3)
Tradicionalmente se nos dice que Saúl entró a dormir a la cueva, pero un estudio un poco más profundo del lenguaje judío de aquel tiempo nos hará entender que Saúl no entró a la cueva para esto. La frase “cubrir los pies” (del hebreo “le-hasek et-raguelav”) era un eufemismo judío para expresar de manera más suave el acto de “defecar”. Otras versiones de la Biblia son un poco más explícitas.
Por lo tanto, Saúl entró a “hacer sus necesidades” solo a la cueva, con sus tres mil soldados esperándolo afuera. Sin duda, era la oportunidad para que David, quien estaba escondido dentro, pudiera haberlo matado.
Por supuesto que David tenia tantas justificaciones pudiéndolo criticar ante las acciones del rey Saúl y nunca lo hizo.
No podemos olvidar cuantas veces por envidia el rey Saúl intentó matarlo; sin embargo por temor a Dios, David no puso una mano encima, aun cuando hubo la oportunidad, porque lo reconocía como el ungido del Altísimo y era respetuoso y temeroso de Dios a pesar de todo.
Veamos las sugerencias de sus amigos…
Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.
Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.
Y dijo a sus hombres:
Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová. 1 Samuel 24:4-6
¡Qué gran ejemplo de David!
En particular cuantas veces me he tenido que sujetar a las órdenes del Líder, Pastor y aun Jefe en la oficina cuando sus órdenes me han parecido poco lógicas y desagradables, pero por el temor a Dios yo las he respetado.
Mientras ninguno de ellos nos pida robar, engañar, defraudar, agredir o llegar a matar a alguien, yo creo que la mejor actitud correcta ha sido:
obedecer.
Podríamos actuar de otra manera y entre nuestros hermanos y compañeros criticar y hablar más de él, echándole leña al fuego.
Pero si estuviera David a mi lado ¿que creen que me diría como siervo de Dios?
Yo creo que el diría:
Hermano ¿amas a Dios? respeta las órdenes de aquel que puso a cargo,
ya se encargará Dios de hacer cuentas con El…
Hermanos, un amigo pastor me mencionaba muchas veces
“En la obediencia está la bendición”
Quiero platicarles el significado de esta experiencia:
Una vez que pedí permiso a mi pastor para un evento evangelistico urgente, él de inmediato respondió
-¡no vas!, además el transporte no lo podrás usar ya que se lo llevó otra persona-...
¡yo me moleste mucho!
Pero una ferviente oración previa con el grupo antes de llegar el pastor me ayudó.
Dios me dijo al corazón que hacia bien en obedecer y cuánta razón tenía,
"esa camioneta que iba a utilizar para transportar al grupo se le habia descompuesto a la otra persona y le habría causado un aparatoso accidente si hubiese llevado gran peso y Dios lo libró.
En el grupo que yo llevaba iban niños, jovenes y unas hermanas mayores y ¡que cuentas hubiera dado!,
“En la obediencia estaba la bendición”…
Por otra parte, si me parece que el pastor está haciendo o diciendo alguna cosa que no va de acuerdo a la palabra de Dios, mi deber es orar fervientemente y si el Señor me lo pide o hace sentir después, en su dirección podré acercarme directamente al pastor y decirle como lo hizo el profeta Natán a David, después de haber cometido ese gran pecado con Urías...
Pero esto no será posible si soy carnal y no estoy en el Espíritu de Dios porque entonces estaría en el lado del juez injusto que da sentencia y
¿quién soy yo para ponerlo en su lugar?
¿Tú que hubieras hecho en el lugar de David ahí cuando estaba en la cueva? ¿Podrías haber matado al Rey con justa razón? Sin embargo su temor, amor a Dios y comunión con Él, le ayudó a soportar tal tentación.
La próxima vez que estés en contra de las decisiones u comentarios del líder, pastor o alguna persona que Dios haya puesto, o no recibas permiso u aprobación para realizar algo, aun cuando te encuentres sirviendo a Dios y digas pero “¿cómo que no me da permiso?” ¡yo me voy!, Critico y desobedezco ¡está muy mal! …
¡Cuidado de que te halles peleando contra Dios mismo!...
Esto es bíblico…
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Romanos 13:1
Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.
Hechos 5:38-39
Dios te bendiga y no lo olvides:
“EN LA OBEDIENCIA ESTA LA BENDICIÓN”…
